En promedio, alrededor del 90% de las empresas son PYMEs de organización familiar. Iba a decir “capital familiar”, pero puede sonar pretencioso para muchos emprendedores que empezaron a puro corazón, y a punta de sueños sobre sacar la familia a flote. Lo que sea que decida vender el emprendedor, será con el impulso de generar riqueza para el bienestar de su familia, y el propio. Eso es amor.
La familia es la primera organización humana que se conoce, por cuanto la empresa familiar es la forma más antigua de organización empresarial. Nace en el seno de la propia familia. En el mundo empresarial actual, la empresa familiar constituye el núcleo sobre el que orbita el tejido empresarial de cualquier región desarrollada. De ella depende gran parte de la creación de riqueza, de la generación de empleo y del bienestar de toda la sociedad.
Pero el carácter familiar no exime a estas organizaciones de la necesidad de trazar estrategias que refuercen su competitividad y proyecten caminos hacia futuros éxitos comerciales. Mucho se ha estudiado el tema desde los 80’ hasta la actualidad, y aún no hay total acuerdo sobre qué se entiende por empresa familiar. Esto impide, en ocasiones, la comparación de resultados entre distintos estudios y regiones.
No obstante, todas esas empresas tienen un nexo de unión: el convencimiento de que la empresa y la familia son dos instituciones sociales distintas con objetivos propios, de cuya confluencia emerge ese nuevo sistema, que es la empresa familiar. El mayor conflicto que atraviesa a todas es la distribución de roles, que lleva a confrontaciones normalmente dolorosas. Y no ayuda que las empresas familiares habitualmente tienen un líder, que está vinculado con la autoridad parenteral.
Pero, más allá de todos los análisis, las PYMEs familiares generan alrededor del 50% del empleo nacional en todos los países, y a menudo el 100% de la empleabilidad de la propia familia. Y todo por amor: a los seres queridos, a los sueños, al emprendimiento de ese abuelo que se la jugó y no lo logró… Siempre habrá “una pasión que venza la razón”, para que la ambición nos lleve lejos, a donde queramos estar.
Y por supuesto, no solo es amor: como dije antes, hay que sumarle estrategia, análisis de mercado, marketing, valoración de costos, y también, una buena herramienta que facilite la operación y el control. Punto de Ventas 7 es la herramienta elegida por las PYMEs, por su sencillez, versatilidad, y complejidad de operaciones. Por eso decimos que es el mejor aliado de negocios del empresario.
En este mes del amor y la amistad, es bueno recordar que las PYMEs también sostienen economías barriales, y sus buenas relaciones, y son las únicas que pueden regular los precios de las grandes corporaciones en beneficios de sus mercados, pues de otro modo, solo las grandes empresas tendrían la potestad de fijar precios, lo cual sería desequilibrante para el bolsillo del consumidor.
Y por último, hay que mencionar el amor de y para los clientes: ese vecino, cliente y amigo, que nos abrazará con cariño en cada navidad, es el cliente frecuente que puede marcar las rutinas de reposición y preferencias de las góndolas del negocio. Y por favor, completemos con buena tecnología, visión, estrategia y colocación, y tendremos el negocio en marcha para cumplir los sueños familiares que originaron la empresa. Sí, se puede, ¡PYMEs, amor y negocios, Pura Vida!
Silvia Alvarez