Haz bien sin mirar a quien. Una empresa no tiene rencores, algunas personas pueden ser rencorosas. Las empresas no se enojan, las personas sí. Las empresas sufren si las personas que se enojan o acuñan rencores actúan en nombre de la empresa para resarcirse.
Por eso es muy importante trabajar constantemente con las personas que participan en el negocio, favoreciendo la buena actitud de servicio, el trato excelente, el enfoque al cliente. Porque la buena percepción de nuestro cliente es lo que generará confianza en nuestra empresa y le dará tranquilidad al negocio que atendemos, a través de su gente.
Hay clientes amables, otros no tanto, hay algunos intolerantes, y demasiados predispuestos a generar un fuerte lazo de alianza comercial con nosotros, sus proveedores y amigos. Y hay que trabajar para todos por igual, como en la familia, donde los objetivos son más grandes y nobles que una mala respuesta. Atendamos a todos los clientes con la mejor sonrisa, que se percibe aunque no nos veamos la cara.
La “buena vibra” es contagiosa, y nuestros clientes saben si tenemos buena voluntad en su atención. Sonría, del otro lado del teléfono hay un amigo esperando ayuda!
Escrito por la Señora Silvia Álvarez